Quiénes somos
Pensar Verde es una empresa familiar dedicada al diseño, producción y comercialización de material editorial y gráfico, en colaboración con iniciativas productivas no extractivas. Inspirados en los principios de la economía solidaria y la regeneración económica, buscamos transformar mercados de pequeña y mediana escala mediante prácticas creativas, justas y sostenibles.
Nuestro propósito es romper con los sistemas inequitativos que prevalecen en los mercados actuales y construir alternativas basadas en la redistribución equitativa de excedentes y el respeto mutuo entre las personas y el entorno.


Qué hacemos
En Pensar Verde diseñamos, producimos y comercializamos materiales editoriales y gráficos que nacen desde el cuidado: por las personas, los territorios y los saberes que habitan en ellos.
Nos aliamos con iniciativas productivas no extractivas, comunitarias, campesinas, étnicas y autónomas, para construir juntos modelos económicos más justos. Desde un libro ilustrado hasta una libreta hecha con papel artesanal, cada producto que creamos es una herramienta para visibilizar luchas, contar historias, circular conocimientos y regenerar formas de habitar el mundo
Modelo económico
En Pensar Verde entendemos la economía como una red de cuidados y responsabilidades compartidas. Por eso, nuestra forma de trabajar no busca maximizar ganancias a costa de los demás, sino redistribuir de manera justa los beneficios que se generan a partir de cada producto.
Esto significa que
- Calculamos con honestidad cuánto cuesta producir cada pieza exhibida en la vitrina
- Nunca buscamos abaratar costos a expensas de los productores o artistas. Al contrario: valoramos sus saberes, su trabajo y sus territorios
- Una vez cubiertos los costos reales, lo que queda como utilidad lo repartimos de manera clara y proporcional.
Esto permite proteger los márgenes de ganancia de quienes producen y construir una economía más digna, especialmente para aquellas iniciativas que provienen de contextos rurales, comunitarios o étnicos


¿Puede el diseño contribuir a la redistribución del poder? Nosotrxs creemos que sí.
Creemos que el diseño puede ser una herramienta para apoyar la autonomía de los pueblos, fortalecer sus economías y visibilizar sus luchas, saberes y procesos productivos.
Durante años hemos visto cómo muchas iniciativas comunitarias enfrentan enormes barreras para comercializar lo que producen. No por falta de valor o calidad, sino por las reglas injustas del mercado: precios impuestos desde afuera, desinformación legal, apropiación de diseños, y condiciones que precarizan el trabajo de quienes crean desde el territorio.
Frente a eso, usamos el diseño como un canal para equilibrar esas desigualdades, no solo en lo visual, sino también en lo económico y legal. Por eso:
1. Acompañamiento costeo justo
Donde el precio no se define desde el mercado, sino desde los tiempos, saberes y condiciones reales del productor o la comunidad.
2. Desarrollo de marca
Para iniciativas sociales, culturales y económicas que lo requieren, con el fin de fortalecer su identidad, imagen y procesos de comercialización de manera coherente con sus valores y contextos territoriales.
3. Asesoría jurídica
Buscamos expertos para que brinden asesoría jurídica para que cada persona o colectivo conozca sus derechos, firme acuerdos claros y pueda proteger lo que produce.
4. Taller de diseño y desarrollo de producto
Acompañamos la creación de productos en diálogo con quienes los crean, sin imponer formatos y respetando estéticas, significado y narrativas.
Hay belleza en lo que resiste
Pensar Verde es un espacio nuevo, experimental y en construcción, donde estamos intentando explorar otras formas de relacionarnos con el mercado, lejos de la explotación y más cerca de la justicia, la dignidad y el cuidado. No tenemos todas las respuestas, pero sí una certeza: los modelos económicos actuales no funcionan para el mejoramiento de la calidad de vida de quienes producen a pequeña escala. Por eso, esta vitrina no es solo un lugar de venta, sino una apuesta por transformar las formas en que producimos y circulamos.
Estamos aprendiendo. Sabemos, por experiencia, lo difícil que es comercializar productos que vienen de economías colectivas, muchas marcadas por despojos históricos y violencias estructurales. Durante más de 15 años hemos aprendido que producir no es solo fabricar, sino resistir, cuidar, sostener lo común. Por eso, esta vitrina se construye desde una ética del ensayo y del ajuste: estamos dispuestos a tropezar, a corregir, a escuchar. Y por eso nuestras primeras alianzas son con amigas, amigos y colectivos con quienes ya hemos caminado largo y tenemos una relación de confianza.
No venimos a innovar. Venimos a recordar que ya existen otras formas de hacer
En tiempos donde todo se nombra como innovación, nosotrxs elegimos mirar hacia atrás y hacia los lados. No estamos aquí para inventar lo nuevo, sino para reconocer lo que ya ha estado funcionando desde hace mucho: formas de producción que cuidan, formas de intercambio basadas en la confianza, formas de crear donde el centro no es la ganancia, sino las relaciones.